Como estaba dormida pensé que era un sueño, pero aquel hombre de barba blanca se desnudó y se metió a mi cama...
Antes de que pudiera hacer o decir algo, se montó sobre mí y me echó el mejor polvo que me han echado en toda mi vida.
Mis gritos de gozo y mis alaridos de un largo orgasmo fueron ahogados con su mano para no despertar a los demás.
Exhausta pero agradecida, cuando todo había acabado y aún jadeando le pude decir:
"¡¡¡Muchas gracias Santa!!!!.... pero lo que yo te pedí fue un Volvo"...
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