Un día en que Pitágoras estaba cansado volvió más temprano a su casa y encontró a Enusa y a los dos cadetes en flagrante orgía y sin más, mató a los tres.
A la hora de enterrarlos, en consideración a su esposa dividió el terreno por la mitad.
En una de las dos mitades enterró a su esposa. La otra mitad la dividió en dos cuadrados iguales y en cada uno de ellos enterró a un cadete.
De esa forma, los dos cadetes ocuparon un espacio idéntico al destinado a su esposa.
Luego, para meditar, subió a la montaña de al lado y, mirando desde la cima hacia el cementerio, encontró la solución a su problema.
Era obvio: El cuadrado de la Puta Enusa (hipotenusa) era igual a la suma de los cuadrados de los cadetes (catetos).
¡SI ME LO HUBIERAN ENSEÑADO ASÍ, NUNCA LO HABRÍA OLVIDADO!
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