Un turista venezolano de mediana edad, realiza su primera visita a Amsterdam.
Se dirige a la zona roja e ingresa a un sitio nocturno.
La madame le da la bienvenida y lo invita a tomar asiento, mientras le
envía una jovencita para entretenerlo.
Se sientan, conversan, se toquetean un rato, beben un poco, ella se sienta
sobre sus piernas.
Cuando el hombre le susurra algo al oído, ella se levanta y sale corriendo
diciendo ¡no! ¡no!.
Al ver esto, la madame le envía una chica aún más experimentada al caballero.
Se sientan y conversan, se toquetean un rato, beben un poco, ella se
sienta sobre sus piernas. El hombre le susurra algo al oído... y la
experimentada chica grita ¡No! ...y se va ofuscada.
La madame está muy sorprendida por este hombre que aparentemente está
pidiendo algo tan descabellado como para que dos de sus calificadas chicas
no quieran saber nada del tema.
Decide entonces que únicamente su chica más experimentada, la mejor de
todas -Lola- no va a negarse. Lola nunca le ha dicho no a nada.
Se sientan, se toquetean un rato, beben, ella se sienta sobre sus piernas.
Él le susurra en el oído y ella grita: ¡De ninguna manera …
¡No way! … y se va.
A este punto, la madame está totalmente desconcertada. Nunca había visto
algo así en todos sus años de profesión en su profesion; entonces decide
ofrecerse ella misma. Además, piensa que será una lección para todas sus
pupilas.
Se acerca al hombre y le dice que ella es lo mejor de la casa y que está
disponible para él. Se sientan y conversan, se toquetean, beben y luego
ella se sienta sobre sus piernas.
Él se acerca a ella y le susurra al oído:
¿ACEPTAS PETROS O BOLIVARES?
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