1. Un hombre entra a una tienda de mascotas y ve un loro que está en una jaula con un letrero que dice: "Loro que habla, 50 dólares". Intrigado, le pregunta al dueño por qué tan barato. El dueño responde: "Bueno, este loro solía vivir en un burdel, así que su vocabulario es... digamos, un poco subido de tono". El hombre, divertido, decide comprarlo. Al llegar a casa, el loro mira alrededor y dice: "Nuevo lugar, nuevo cliente". El hombre se ríe. Luego, las hijas del hombre llegan a casa y el loro dice: "Hola, chicas, ¿quieren jugar?". El hombre se preocupa un poco. Finalmente, la esposa llega a casa y el loro dice: "¡Hola, señora! ¡Justo a tiempo para la fiesta!" El hombre se da cuenta de que el loro puede ser un problema y decide cubrir la jaula. Al día siguiente, el loro le dice: "No te preocupes, amigo. Cuando tú no estás, yo me porto bien". El hombre se ríe y responde: "Eso espero". Y el loro añade: "Pero cuando tú no estás... ¡es cuando más se divierten las chicas!"
2. Un niño le pregunta a su padre:
- Papá, ¿por qué eres tan feliz?
- Porque tengo un trabajo que me gusta.
- ¿Y eso te hace feliz?
- Claro.
- ¿Y si no te gustara?
- Entonces sería infeliz.
- Pero papá... ¿y si no tuvieras trabajo?
- Bueno, entonces sería más feliz porque tendría tiempo libre.
- Pero si no tienes dinero...
- Entonces sería infeliz otra vez.
- Entonces... ¡no hay forma de ganar!
El padre sonríe y le dice: “Exacto, hijo. Así es la vida”.
3. Un hombre va al médico y le dice:
- Doctor, creo que tengo un problema. Cada vez que tomo café me duele el ojo.
El doctor lo examina y le responde:
- Bueno, eso es fácil de solucionar. La próxima vez que tomes café, simplemente quítate la cuchara de la taza antes de beber.
El hombre lo mira sorprendido y dice:
- ¡Ah! Ahora entiendo por qué me dolía tanto el ojo.