Un hombre se sintió mal en la calle, cayó al suelo y fue llevado a un
Hospital Católico administrado por Monjas, en donde lo operaron del
corazón.
Cuando despertó, a su lado estaba la Monja Tesorera del hospital, quien
le dijo:
- Su cirugía fue un éxito, sin embargo hay un asunto que hay que determinar.
- ¿Tiene usted seguro médico?
- No Hermana.
- ¿Tiene tarjeta de crédito?
- No Hermana.
- ¿Puede usted pagar en efectivo?
- No tengo dinero Hermana.
La monja empezó a sudar frío, pero continuó:
- Entonces...¿podrá pagar con un cheque?
- Tampoco Hermana.
La monja, ya desesperada, prosigue:
- Bueno, tiene algún pariente que pueda hacerse cargo de la cuenta?
- Ah, bueno, si, sólo tengo una hermana solterona, que es monja, pero no
sé si ella pueda pagar.
La monja, lo corrigió severamente, diciendo:
- Disculpe señor, pero las monjas ¡No somos Solteronas!🤨
¡Estamos casadas con Dios!!
- ¡Ah ! ¡Magnífico!
¡Entonces hagame el favor de mandarle la cuenta a mi Cuñado!
Y... Así fue cómo nació la expresión...
"QUE DIOS TE LO PAGUE"