El Paco , un andaluz de viaje en China, se compra un par de gafas de
tecnología punta que permiten ver desnuda a la gente.
Se las pone y ve pasar a una y a otra.
Todas desnudas. estaba encantado.
Se las pone, desnudas.
Se las quita, vestidas.
Se las pone, desnudas.
Se las quita, vestidas.
¡Por Dios, que maravilla!
Incluso adelanta el viaje de vuelta a casa para enseñarle a su mujer la
novedad.
En el avión, se siente enloquecido viendo a las azafatas en pelota picada.
Se las pone, desnudas.
Se las quita, vestidas.
Se las pone, desnudas.
Se las quita, vestidas.
Cuando llega a casa, y antes de abrir la puerta, se coloca las
supergafas, para ver desnuda a su Luisa .
Abre la puerta y allí está ella, su querida esposa, con Pedro, su mejor
amigo.
En el sofá. ¡desnudos!
Se quita las gafas, desnudos.
Se pone las gafas, desnudos.
Se las quita... desnudos.
Se las vuelve a poner... desnudos.
Y no puede evitar un grito desgarrador:
¡Me cago en la hostia!.
¡¡¡Nuevas y ya no funcionan!
Chistes de Venezuela. Chistes de todo tipo, informaticos, parejas, adultos, ninos, pepito, maracuchos, venezolanos, gallejos y mucho mas.
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martes, 31 de julio de 2018
lunes, 9 de abril de 2012
Los viejos se las saben todas
Un hombre mayor de Louisiana tenia un rancho grande desde hacia varios años.
Tenia una charca grande en la parte trasera del terreno. Estaba bien acomodada para nadar, asi que la erregló con mesas y sillas para hacer parrillas, campo para jugar a los casquillos, y algunos manzanos y otros arboles frutales.
Una tarde ya anocheciendo decide echarse un paseo por el lugar, ya que no había ido por ahí hace rato, y a ver como estaba.
Se llevó un balde de 5 galones para traerse unas frutas.
Al acercarse a la charca escuchó voces y risas.
Al estar más cerca vió que unas mujeres se estaban bañando desnudas en el lago.
Hizo que se dieran cuenta de su presencia y las chicas se metieron a lo profundo del agua.Una de las chicas le gritó 'No saldremos hasta que Ud. no se haya ido'
El viejo replico
'No vine aca para verlas bañarse desnudas ó para verlas salir desnudas.'
Alsando el cubo dijo,
'Solo vine a darle de comer al caimán...'
Algunos viejos todavía piensan rapido.
Tenia una charca grande en la parte trasera del terreno. Estaba bien acomodada para nadar, asi que la erregló con mesas y sillas para hacer parrillas, campo para jugar a los casquillos, y algunos manzanos y otros arboles frutales.
Una tarde ya anocheciendo decide echarse un paseo por el lugar, ya que no había ido por ahí hace rato, y a ver como estaba.
Se llevó un balde de 5 galones para traerse unas frutas.
Al acercarse a la charca escuchó voces y risas.
Al estar más cerca vió que unas mujeres se estaban bañando desnudas en el lago.
Hizo que se dieran cuenta de su presencia y las chicas se metieron a lo profundo del agua.Una de las chicas le gritó 'No saldremos hasta que Ud. no se haya ido'
El viejo replico
'No vine aca para verlas bañarse desnudas ó para verlas salir desnudas.'
Alsando el cubo dijo,
'Solo vine a darle de comer al caimán...'
Algunos viejos todavía piensan rapido.
martes, 3 de enero de 2012
El corredor desnudo
El amante, casi sorprendido por el esposo, salta por la ventana.
Como eran cerca de las siete de la mañana y dado que no alcanzó a vestirse, para disimular se pone a trotar con un grupo que hacía deportes en el parque.
Sorprendidos los demás trotadores, uno lo mira y le pregunta: - "¿Sin zapatillas?"
- "¡Sí, es para una mejor ventilación de los pies!
- "¿Sin camiseta?"
- "¡Sí, es para mejor ventilación de las axilas!"
- "¿Sin pantalones, ni calzoncillos?"
- "¡Sí, es para mayor agilidad!"
- "¡Ah, comprendo! ...
¡¡¡Entonces el condón lo lleva puesto por si llueve!!!"
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viernes, 1 de julio de 2011
Manolo en la tienda
Llega Manolo corriendo a la tienda de deportes; desnudo, pero calzado con zapatillas.
Ante la sorpresa de los clientes y vendedores, el encargado le pregunta:
"¿Qué necesita, señor?".
"Quiero una camiseta como la de Beckham, con el número 23, como para mí", responde Manolo.
El encargado toma una camiseta de la talla de Manolo y la extiende en el mostrador.
-"Pues, ¿cuánto vale, hombre?-, pregunta Manolo.
-"Son 60 euros"-, responde el dependiente.
-"¡La llevo!... Aquí tiene sus 30 euros- dice Manolo, entusiasmado.
-"Mi amigo..."-, aclara el dependiente -"...me ha oído mal, le dije 60 euros."
-"Lo he oído perfectamente; aquí tiene sus 30 euros y déme la camiseta"-, insiste Manolo.
-"¡Joder!..."-, exclama el dependiente -"...si le digo 60, es porque vale 60 y no 30..."
Manolo, ya enojado, responde:
"Entonces, ¿por qué tenéis ese cartel en la vidriera?"
-"¿A cuál de ellos se refiere?-, pregunta el dependiente.
-"A aquél que dice:
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